domingo, 20 de septiembre de 2009

EQUINOCCIO


22 DE SEPTIEMBRE

Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra.
La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa "noche igual", y nos indica que la noche dura la misma cantidad de horas que el día, o sea exactamente 12 horas y 12 horas.
Ocurre dos veces por año: el 20 de marzo y el 22 de septiembre, épocas en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.
Las cuatro estaciones están determinadas por cuatro posiciones principales en la órbita terrestre, opuestas dos a dos, que reciben el nombre de solsticios y equinoccios. Solsticio de invierno, equinoccio de primavera, solsticio de verano y equinoccio de otoño.
En los equinoccios, el eje de rotación de la Tierra es perpendicular a los rayos del Sol, que caen verticalmente sobre el ecuador. En los solsticios, el eje se encuentra inclinado 23,5º, por lo que los rayos solares caen verticalmente sobre el trópico de Cáncer (verano en el hemisferio norte) o de Capricornio (verano en el hemisferio sur).Cada 21 de septiembre –aunque no sea la fecha real en la que se produce el cambio de equinoccio- la mitad del mundo florece y a la mitad de la humanidad le cambia el humor. El alma se sincroniza con el acercamiento del Sol a la Tierra y, junto con el cambio que experimenta la propia Naturaleza, el hombre se siente renacer. El grado de celebración, esperanza y optimismo dependerá del mito en que se elija vivir; pero todos, por opción u omisión, le dan a la primavera un lugar de relevancia.
La semántica afirma que la primavera es una primera-vista de algo y la simbología –sobre todo la psicológica- lo traduce así: ver con nuevos ojos, rever, renovarse, renacer. La humanidad moderna adoptó el inicio de la Primavera como una oportunidad de cambio
En coincidencia con el inicio de la primavera, cada 21 de septiembre los estudiantes duplican sus motivos para celebrar y renovar su tan noble y necesaria actividad.
La institución del Día del Estudiante en coincidencia con el Día de la Primavera no es un mero capricho del destino ni del azar, sino una justificada unificación de dos fechas con un mismo marco: la celebración por la renovación y la creatividad, de la naturaleza y del espíritu.

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